Nutrición para Dominar y Transformar tu Ansiedad y Depresión
¿Sientes que hay detonadores que te generan ansiedad y depresión, que aun no comprendes?
¿Percibes que hay algo más que el día a día que te hace sentir ansiedad por la comida?
¿Llevas tiempo en un camino de menor energía vital, displacer, pérdida de propósito y apatía?
¿Sientes que tu cerebro y sistema nervioso no anda del todo bien?
Descubre determinantes claves que te han llevado donde estás, para poder hacer el camino de vuelta y salir de ese bucle de desequilibrio energéticos y emocionales.
Genética y contexto en la ansiedad y depresión
Detonador del vacío natural,emocional y existencial
Las carencias emocionales, la falta de abrazos largos, miradas cómplices, el estrés crónico, falta de propósito y una vida sin recompensas naturales repercuten en la salud emocional y psíquica y es un detonante del hambre emocional, donde buscamos llenar vacíos a través de la comida o incluso de otras sustancias. Las personas que experimentan estados de ánimo depresivos muestran preferencia por “alimentos ultra palatables” como un medio para aliviar sus sentimientos negativos desde el exterior ¡y la industria de alimentación lo sabe!. Aunque a corto plazo estos alimentos pueden proporcionar alivio, su consumo crónico lleva a inflamación, desregulación de la microbiota, más prevalencia de presentar enfermedades metabólicas, depresión y ansiedad.
Las recompensas naturales como: comer alimentos evolutivos, beber agua mineralizada, moverse regularmente, tener buenos lazos familiares y amistosos, el contacto físico (abrazos, cariños, relaciones sexuales consentidas, etc), la exposición a la luz natural y la satisfacción en el propósito de vida son esenciales para sentir recompensa, reducir la ansiedad y cultivar el bienestar integral.
Microbiota en la ansiedad y depresión
La microbiota intestinal juega un papel crucial en el estado de ánimo, la inflamación del cerebro y la regulación del apetito y la saciedad.
La disbiosis intestinal es un cambio en la cantidad, tipo o lugar donde se aloja la microbiota. Y genera sustancias que viajan por la circulación sistémica y vía nervio vago hasta el cerebro, induciendo neuroinflamación, nebulosidad mental y por momentos sensación de resaca sin haber ingerido alcohol. Esta interacción entre cerebro, intestino y microbiota es bidireccional: un intestino desregulado altera el comportamiento, reduce la calma, afecta el metabolismo y genera ansiedad o adicciones.
Por ejemplo en personas obesas suelen tener una disbiosis intestinal con aumento de una familia de bacterias llamadas firmicutes y menos cantidad de bacteroidetes. Aquí la microbiota desrregulada genera necesidad de más carbohidratos refinados, azúcares y grasas de mala calidad lo que lleva a más desregulación de la microbiota provocando en el huésped una ruptura de metabolismo, hígado graso, irritabilidad mental y emocional.
Dos bacterias presentes en algunos probióticos específicos ayudan a reducir la ansiedad por la comida, mejorar marcadores metabólicos y son antiobesogénicas: Lactobacillus gasseri BNR17 y Bifidobacterium breve BB03.
Por otro lado, la microbiota eubiótica o sana, genera pequeñas grasas llamadas ácidos grasos de cadena corta. En particular, una de ellas, el butirato, nutre y fortalece los colonocitos, nutre y desinflama nuestro cerebro permitiendo generar los correctos neurotransmisores de la calma y alegría y aumenta los niveles de péptido 1 o GLP-1 muy involucrado en la ansiedad por la comida y la obesidad.
El GLP-1, generado en el intestino, estimula la secreción de insulina, suprime la liberación de glucagón, enlentece el vaciamiento gástrico, mejora la sensibilidad a la insulina y reduce el consumo de alimentos, modulando la ansiedad por la comida.
Para cultivar una microbiota saludable lo que necesitas es llevar una hidratación mineralizada, alimentación real con descansos digestivos, comer máximo 3 comidas al día con un espacio de mínimo 4 horas entre una comida y otra y tener contacto con recompensas naturales.
Industria Alimentaria y Ansiedad por la Comida
El entorno obesogénico afecta a adultas/os y también a niñas/os quienes están expuestos a miles de anuncios televisivos de comida cada año. Para entender la ansiedad por la comida, debemos saber que nuestro cerebro es muy costoso de mantener y evolucionó en un contexto donde había que buscar alimentos (reales) motivado a través de la dopamina de alta calidad que nos llevo y lleva a la acción. Estos estímulos provocan la liberación de otros químicos cerebrales como GABA, morfina, endorfinas y más dopamina, generando una super recompensa de goce y placer.
En la actualidad, los super estímulos rápidos y sin esfuerzo (como los alimentos ultraprocesados, las redes sociales y los videojuegos) generan una producción de dopamina barata, que no se convierte en recompensa de goce, placer, calma y bienestar. Esto provoca un deseo constante de más y dejando a las personas desmotivadas, fatigadas y ansiosas por una recompensa que no llega. Tan adictivo pueden ser los ultra procesados que se ha demostrado que el azúcar genera en el núcleo accumbens (una parte del cerebro) una estimulación similar a la cocaína. Y estudios muestran cómo la eliminación de las bebidas azucaradas durante 3 días o más en adolescentes provocó dolor de cabeza, reducción de la motivación, satisfacción, capacidad de concentración y bienestar general. Es decir, provocó síndrome de abstinencia.
Los ultraprocesados son el mayor ladrón de dopamina, induciendo neuroinflamación hipotalámica. El hipotálamo controla la neuroendocrinología del cuerpo: la función sexual y reproductiva, la sensación de amor, la motivación, el movimiento, el control del peso corporal, la regulación del apetito, la respuesta al estrés y las emociones.
La industria de los ultraprocesados invierte millones de dólares para encontrar la mezcla perfecta de grasa, sal y azúcares para generar la mayor neuroinflamación y adicción.
El primer paso es eliminar los ultraprocesados de tu vida e integrar nutrientes que aporten a la neurodesinflamación, paz y calma mental y emocional.
Te invito a aprender a domina tu salud psíquica y emocional con hábitos diarios que transformarán tu bienestar mental y emocional.
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Integrar rutinas mañaneras que hackeen tu ansiedad por la comida.
Seleccionar alimentos que eliminen la ansiedad por la comida.
Incorporar fitoterapia antioxidante para reducir la ansiedad.
Implementar hábitos cronobiológicos que mejoren tu bienestar integral.
Utilizar suplementos nutricionales para mantener un cerebro en calma.
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